Como esta semana H, un joven de la Casa, tenía sus exámenes para obtener el carnet de conducir, M cogió el coche de la Casa junto con H, A y Hc para hacer unas prácticas de conducción.
Una vez llegados a los llanos de Invasión, urbanización situada entre la Casa y Ayacucho, las clases empezaron. Pon primera, dale al gas, segunda, ¡frena, frena!
Tras un tiempo de conducción, los lugareños nos hacen señas con las manos, rueda pinchada...
H y A se van a la Casa para coger las herramientas y la rueda de repuesto, mientras M y Hc se quedan esperando junto al coche, aguantando el frío del anochecer y las risas y mofas de los lugareños.
Al cabo de una hora H y A vuelven con herramientas, acompañados por G y otros chicos de la Casa, pero sin rueda de repuesto, parece ser que había pero ahora no hay.
Pedimos a los vecinos y conductores de combis una rueda prestada, todos dicen que no. Llega Willy con su moto para llevarse la rueda a reparar. Tras otra hora de espera y frío, vuelve Willy con la rueda, los chicos la colocan y sorpresa, la rueda en teoría reparada pierde aire. Hay que volver rápido a la Casa, M sube al volante mientras A le grita ‘pon tercera, ¡daleee, daleee!’ y O ya en pijama contesta atemorizado ¡despaciooooo, despaciooooo!
Una vez llegados a los llanos de Invasión, urbanización situada entre la Casa y Ayacucho, las clases empezaron. Pon primera, dale al gas, segunda, ¡frena, frena!
Tras un tiempo de conducción, los lugareños nos hacen señas con las manos, rueda pinchada...
H y A se van a la Casa para coger las herramientas y la rueda de repuesto, mientras M y Hc se quedan esperando junto al coche, aguantando el frío del anochecer y las risas y mofas de los lugareños.
Al cabo de una hora H y A vuelven con herramientas, acompañados por G y otros chicos de la Casa, pero sin rueda de repuesto, parece ser que había pero ahora no hay.
Pedimos a los vecinos y conductores de combis una rueda prestada, todos dicen que no. Llega Willy con su moto para llevarse la rueda a reparar. Tras otra hora de espera y frío, vuelve Willy con la rueda, los chicos la colocan y sorpresa, la rueda en teoría reparada pierde aire. Hay que volver rápido a la Casa, M sube al volante mientras A le grita ‘pon tercera, ¡daleee, daleee!’ y O ya en pijama contesta atemorizado ¡despaciooooo, despaciooooo!
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