Las iglesias de madera de Chiloé

(G al teclado) Cada pueblecito de Chiloé cuenta con su iglesia de madera, incluso las más aisladas y las que se sitúan en los islotes vecinos a la isla de Chiloé.
Aquellas que forman parte del Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO están integradas en un programa de conservación y restauración con el propósito de dejarlas tal y como cuando las construyeron.
Los elementos estructurales defectuosos son reemplazados, las piezas en buen estado conservadas, algunos de los ensamblajes son reemplazados por otros más resistentes. Las técnicas utilizadas son las mismas que las de antaño. El resultado final no puede dejar entrever ni las más mínima modificación arquitectónica.
A G le parece que los interiores de estas iglesias ofrecen un calor que no tiene ni punto de comparación con el de las iglesias de piedra a las que estamos acostumbrados.

S-A-M en porviajeros.com

Gracias a porviajeros.com por habernos dado la posibilidad de explicarles nuestro viaje. Además podemos encontrar otros testimonios de viajeros muy interesantes.

SAM vuelve...

Hola a todos y a todas,
Como habéis podido comprobar los que habéis ido siguiendo nuestras aventuras y desventuras a través de este blog., hacía mucho tiempo que desde SAM no dábamos señales de vida. El caso es que un acontecimiento muy inesperado y doloroso en casa de M ocurrió hará tres meses. Lo que hizo que tuviésemos que volver deprisa y corriendo a Europa, avanzando nuestra fecha de retorno y por consiguiente suspendiéramos el resto del viaje. Como os podéis imaginar malas noticias que hacen que la vida te dé un giro de 360 grados.
Casi tres meses después, las cosas se van poquito a poco poniendo en su lugar y a pesar de que el mal trago todavía no lo hayamos asimilado por completo al menos sí que nos permite escribir estas líneas.
Como nos hemos quedado a medias en explicaros nuestro viaje y tenemos ganas de hacerlo, poco a poco os iremos desvelando como pasamos el último mes en Sudamérica, eso sí sin hacer hincapié en el final.
Contentos de estar de vuelta, cabe decir que os hemos echado de menos.

Puente del Inca y Parque Provincial Aconcagua

(M al teclado) Hoy he ido a pasar el día cerca de Uspallata, un pueblo a unas tres horas en bus desde Mendoza. La primera visita ha sido Puente del Inca, un puente de formación rocosa que atraviesa el río Las Cuevas del cual existen varias leyendas quechua sobre su creación.
Sigo la ruta de la carretera dirección el Parque Provincial Aconcagua, donde varias rutas te permiten acercarte al Aconcagua, la montaña más alta de todo Sudamérica con 6962 metros de alto ni más ni menos.

Pedaleando la ruta del vino en Maipú

(M al teclado) Como decíamos ayer, la región de Mendoza es mundialmente conocida por sus vinos. Es por eso que nos encontramos con un montón de bodegas, la mayoría fundadas por inmigrantes italianos y españoles, que llegaron a Argentina con los conocimientos y el ‘savoir-faire’ necesarios para desarrollar una potente industria del vino en el país.
Una de las excursiones más típicas que puedes hacer si te encuentras en Mendoza, es tomar un bus hasta el pueblo de Maipú y alquilar una bicicleta para recorrer la ruta del vino. A lo largo del camino, puedes parar en las bodegas o fábricas de aceite, chocolate y licores que prefieras, donde puedes catar sus productos. Algunas también ofrecen una visita guiada por su bodega y viñedos.
En resumen, he pasado un día muy agradable pedaleando a través de caminos con viñedos alrededor y catando el vino de las bodegas.

Mendoza

(M al teclado) La próxima parada ha sido Mendoza, como punto de salida para visitar el Aconcagua y hacer la ruta del vino en Maipú.

Capital del vino en Argentina, es una ciudad de calles anchas y soleadas donde en esta época del año hace mucho, ¡mucho calor! Con mucha actividad nocturna y parques para pasearse durante el día, ¡imposible aburrirse!

¡Adiós Chile...
...Hola Argentina!

Viña del mar

(M al teclado) Hermanita de Valparaíso, Viña del mar es uno de los lugares estivales preferidos por los chilenos y muchos argentinos. Como he ido en pleno verano, ha sido inevitable hacer la comparación con los pueblos catalanes de las costas brava y daurada en agosto. Playas inundadas de gente que como hormiguitas se acumulan a lo largo de la costa poniendo su toalla a dos palmos de la del vecino para así poder llenarse de tierra mutuamente. Mil y un chiringuitos, terrazas y heladerías. Sol, playa y mucho ambiente.
Me ha gustado especialmente el Museo Fonck, el cuál aún y ser pequeño cuenta con cuatro salas muy interesantes y bien planteadas. Especialmente la dedicada a las antiguas civilizaciones de la Isla de Pascua. Y la de ciencias naturales con muchos bichos disecados, ¡sólo con verlos ya te pica todo! Apunte macabra: en el museo se encuentran expuestas cabezas reducidas pertenecientes a la tribu de los jíbaros.

Festival Internacional de Cine Diversidad Valparaíso 2011

(M al teclado) El Diva Film Festival es un festival anual organizado por la municipalidad de Valparaíso. He ido a alguna de las proyecciones de este festival y me he encontrado con documentales bastante interesantes. Me ha gustado mucho la película chilena Lucia.

Valparaíso

(M al teclado) La primera parada que he echo ha sido en la mítica ciudad de Valparaíso. Diminutivo de ‘Valle del Paraíso’, la ciudad empezó a erguir-se y crecer considerablemente por contar desde principios del s.XVIII con uno de los puertos del lado Pacífico más importantes en todo Sudamérica. Todavía hoy el puerto está muy activo, desde su costa podemos presenciar la frenética actividad con un maremágnum de barcos de todo tipo a lo largo y ancho del mar, embarcaciones navales incluidas.
La geografía de la ciudad es una de las cosas más peculiares que posee. Conforme fue creciendo, los cerros de los alrededores se fueron poblando y anexando a la ciudad. De hecho, uno de los mayores atractivos turísticos en ‘Valpa’ es subir a los cerros (especialmente el cerro Concepción y el Alegría) para poder contemplar la ciudad y visitar los barrios que se encuentran allá arriba. Para subir tenemos la opción ascensor o escaleras, cada una con su parte de encanto yo os recomiendo hacer las dos.
Sino, la ciudad que le robó el corazón a Neruda es pura actividad, luz y color. Gente por todos lados, tiendas con montañas de cerezas, fresas y aguacates amontonados en la calle. Containers repletos de restos de pescado en cualquier rincón... ¡Vaya desmadre!

Nos separamos... ¡pero solo temporalmente!

¡Lo habéis oído bien! Después de tantos meses pegaditos arriba y abajo, Chiloé ha marcado un punto de división temporal entre los dos miembros de S-A-M. El motivo es que G ha encontrado un voluntariado muy interesante con la fundación que se encarga de restaurar el conjunto de iglesias patrimonio de la humanidad de Chiloé y pasará dos semanas ayudándolos con la restauración. M por su lado no está muy interesada en este voluntariado y seguirá con el viaje para poder conocer un poco más de Chile y Argentina y pasar después a Brasil.
Acabado el voluntariado de G nos volveremos a juntar en Brasil para seguir con nuestras aventuras por este país.
Así que a partir de ahora recibiréis noticias de las dos partes, de G y su voluntariado y de M y sus viajes... ¡Esperamos lo disfrutéis!

Chiloé – Ancud

La próxima parada de nuestro viaje ha sido la isla de Chiloé, más concretamente la ciudad de Ancud. La idea era plantar la tienda en un camping en Ancud y ir haciendo excursiones de un día por la zona norte y centro de la isla. Pero al final nos hemos quedado bastante estancados en Ancud y no hemos visitado el resto. Supongo que necesitábamos unos días de descanso y bajar un poco el ritmo...
Es por eso que no tenemos mucho que contar sobre los atractivos de Chiloé. Pero lo que si podemos decir es que no dejéis de probar el curanto, un plato a base de mejillones, almejas y carne peculiarmente cocido en un pozo de tierra. Si si, lo habéis entendido bien, ¡un pozo de tierra! Si os quedáis con la curiosidad, aquí más información.
Sino, solo añadir que Chiloé es un lugar tranquilo y relajado donde pasar unos días de relax sienta muy bien.

¡Adiós Argentina...
...Hola Chile!

Isla Victoria y el Bosque de Arrayanes

San Carlos de Bariloche se encuentra en la costa de un lago inmenso, el Nahuel Huapi. Este lago integra el Parque Nacional Nahuel Huapi, dónde encontramos la Isla Victoria.
Habiendo contratado un tour (sin alternativas posibles...), navegamos por las aguas del Nahuel Huapi hasta el punto norte donde se encuentra el Bosque de Arrayanes, una especie de árbol muy particular. Se caracteriza por la forma helicoidal de su tronco de color dorado, así como por el hecho de crecer de manera particularmente lenta; ¡el tronco solo aumenta un centímetro de radio cada diez años!
Este árbol convive en la zona con el Coigüe, una especie mucho más alta e imponente que su compañero.
Segunda etapa de la excursión, la Isla Victoria. Hogar de una gran parte de especies de árboles no endémicas: Secuoyas, Pinos de Oregón, Eucaliptos... Los cuáles fueron plantados en la Isla a principios del siglo 20 con el objetivo de hacer un vivero de especies exóticas provenientes de Europa y Estados Unidos. Hoy en día estos árboles han resultado demasiado invasivos para el ecosistema de la Isla y los responsables del Parque han iniciado un trabajo de replantación de especies endémicas.

San Carlos de Bariloche y su influencia suiza

Después de unos días en el pueblo pseudohippie de El Bolsón, cambiamos de ambiente llegando a San Carlos de Bariloche situado a unos 200km al norte. Sus paisajes, construcciones y comidas nos acercan a Europa, ¡en especial a Suiza!
Bariloche está rodeada de lagos, montañas con picos nevados hasta en verano, chalets de madera, una gran industria chocolatera, un museo del chocolate y founde de queso incluida en los menús de los restaurantes...
Gran parte de todo esto nos imaginamos que debe ser por la fundación de la comuna ‘Colonia Suiza’ a unos cuantos kilómetros de Bariloche, creada por familias de inmigrantes suizos a finales del s.XIX. Allá los clichés de Suiza se concentran y su influencia se extiende por toda la zona; los paisajes impresionantes, el chocolate muy rico, ¡pero la fondue nos quedamos con la de nuestra tierra!