Están por todos los rincones... difícil es no encontrarse con ellos a lo largo de una calle.
Aquí no hay muchos centros comerciales ni grandes supermercados y las tiendas y mercados municipales no siempre abastecen todo lo que sus clientes necesitan. Como resultado de esto y del hecho que el Perú es el paraíso del mercado informal, surgen los pequeños comerciantes de calle. Te venden lo que haga falta, fruta, zumos naturales, ropa… reparan los relojes, hacen copias de llaves, enceran tus zapatos, te proponen que te peses con su balanza. Prácticamente podríamos decir que forman parte del paisaje y dan a sus calles esta mezcla de olores, colores y gentío tan característica del Perú.
Aquí no hay muchos centros comerciales ni grandes supermercados y las tiendas y mercados municipales no siempre abastecen todo lo que sus clientes necesitan. Como resultado de esto y del hecho que el Perú es el paraíso del mercado informal, surgen los pequeños comerciantes de calle. Te venden lo que haga falta, fruta, zumos naturales, ropa… reparan los relojes, hacen copias de llaves, enceran tus zapatos, te proponen que te peses con su balanza. Prácticamente podríamos decir que forman parte del paisaje y dan a sus calles esta mezcla de olores, colores y gentío tan característica del Perú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario