Aunque seguimos en territorio andino, solo llevamos unos días por aquí y ya nos percatamos que Argentina es otra historia, nada que ver con Perú y Bolivia. Para hacernos entender, nos sentimos como en una Sudamérica un tanto europeizada...
El pueblo de Tilcara ha sido nuestro campamento base para explorar algunos de los rincones más recomendados de la Quebrada de Humahuaca; un día de excursión hasta la Garganta del Diablo y las ruinas de Pulcará (cultura pre-hispánica), los dos justo al lado del pueblo. Un segundo día para tomar (mejor no decir la palabra coger en Argentina) hasta Purmamarca y hacer un paseo por el Cerro de los Siete Colores, el nombre le viene de la aglomeración de diferentes sedimentos (marinos, fluviales, lacustres...), elevados por movimientos tectónicos que dan como resultado una montaña de lo más colorida.
Un apunte; la fama es merecida, ¡la carne y el vino argentino son una delicia!
El pueblo de Tilcara ha sido nuestro campamento base para explorar algunos de los rincones más recomendados de la Quebrada de Humahuaca; un día de excursión hasta la Garganta del Diablo y las ruinas de Pulcará (cultura pre-hispánica), los dos justo al lado del pueblo. Un segundo día para tomar (mejor no decir la palabra coger en Argentina) hasta Purmamarca y hacer un paseo por el Cerro de los Siete Colores, el nombre le viene de la aglomeración de diferentes sedimentos (marinos, fluviales, lacustres...), elevados por movimientos tectónicos que dan como resultado una montaña de lo más colorida.
Un apunte; la fama es merecida, ¡la carne y el vino argentino son una delicia!
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