Antes de cruzar la frontera entre Bolivia y Argentina y cambiar así un poco de mundo, hemos hecho una parada en un pueblo al sur de Bolivia de nombre Tupiza. El lugar es de lo más agradable y bastante tranquilo, pero es sobretodo sus alrededores que merece visitar.
El paisaje recuerda al far west, con formaciones rocosas de color rojizo que resaltan debajo de un cielo de azul intenso y una vegetación verde-amarillenta, llenito de cañones y todo tipo de cactus.
Las agencias de tours no se equivocan al proponer paseos a caballo con sombrero de cowboy incluido para sentirse todo un Lucky Luke. Nosotros, guiados por un buen consejo, hemos preferido descubrir las cercanías a pie. En Cañón del Inca puedes adentrarte por su pasillo de 3 metros de ancho con dos muros de piedra de unos 30 metros de alto a cada lado. La caminata por el Cañón resulta un tanto acrobática ya que es necesario escalar unas rocas gigantes que bloquean el paso o bien mirar de pasar entre los agujeros que hay entre ellas para así poder avanzar, ¡todo un entretenimiento! Al menos nos ha parecido mucho más divertido que pagar una pequeña fortuna para pasar el día encima de un caballo de aires deprimidos que no tiene mucha pinta de querer avanzar.
Un saludo a la familia Hue, ¡un placer haberos conocido!
El paisaje recuerda al far west, con formaciones rocosas de color rojizo que resaltan debajo de un cielo de azul intenso y una vegetación verde-amarillenta, llenito de cañones y todo tipo de cactus.
Las agencias de tours no se equivocan al proponer paseos a caballo con sombrero de cowboy incluido para sentirse todo un Lucky Luke. Nosotros, guiados por un buen consejo, hemos preferido descubrir las cercanías a pie. En Cañón del Inca puedes adentrarte por su pasillo de 3 metros de ancho con dos muros de piedra de unos 30 metros de alto a cada lado. La caminata por el Cañón resulta un tanto acrobática ya que es necesario escalar unas rocas gigantes que bloquean el paso o bien mirar de pasar entre los agujeros que hay entre ellas para así poder avanzar, ¡todo un entretenimiento! Al menos nos ha parecido mucho más divertido que pagar una pequeña fortuna para pasar el día encima de un caballo de aires deprimidos que no tiene mucha pinta de querer avanzar.
Un saludo a la familia Hue, ¡un placer haberos conocido!
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