El viernes por la mañana, salimos en bus de Huaraz hacia Chavín de Huántar, un pueblo situado a unos 20km a vuelo de pájaro, pero a 100 para nosotros en carretera, ¡y vaya carretera! El paisaje muy bonito, pero la vía se encontraba en un estado deplorable, tanto que acabamos haciendo 8h de ruta en un día…
Durante el camino nos paramos a ver el lago Querococha y una falla geológica que se llama el mapa del Perú debido a su parecido cartográfico.
El pueblo de Chavín de Huántar está situado en la intersección de dos valles donde dos ríos se unen.
El templo Chavín, construido alrededor del año 1000 a.C. por la cultura Chavín fue estratégicamente cimentado sobre una red de canalizaciones debajo tierra y de alcantarillado para evitar su inundación durante la época de lluvias. Fue un templo de vocación religiosa, al servicio de ceremonias de culto al Dios Lanzon, representado en la imagen de un jaguar.
El complejo fue construido utilizando la métrica y la simbología del número 7: la plaza ceremonial mide exactamente 49m x 49m, los dos pisos del templo hacen 7m de altura y hay 7 recipientes para las ofrendas al Dios…
En el interior del templo, unos túneles subterráneos, oscuros y estrechos conducen hasta una estatua de 4.53m representando el Dios Lanzon. Los sacerdotes eran hombres de gran poder en esta civilización y eran los únicos a tener acceso a la deidad, utilizaban el cactus San Pedro de efectos alucinógenos parea conversar con Lanzon y tener una mejor visión nocturna dentro de los laberinticos túneles (dilatación de pupilas).
Otra característica arquitectónica interesante: las ‘cabezas clavas’, estatuas guardianas del templo ¡y que M tiene un increíble don en imitar!
Durante el camino nos paramos a ver el lago Querococha y una falla geológica que se llama el mapa del Perú debido a su parecido cartográfico.
El pueblo de Chavín de Huántar está situado en la intersección de dos valles donde dos ríos se unen.
El templo Chavín, construido alrededor del año 1000 a.C. por la cultura Chavín fue estratégicamente cimentado sobre una red de canalizaciones debajo tierra y de alcantarillado para evitar su inundación durante la época de lluvias. Fue un templo de vocación religiosa, al servicio de ceremonias de culto al Dios Lanzon, representado en la imagen de un jaguar.
El complejo fue construido utilizando la métrica y la simbología del número 7: la plaza ceremonial mide exactamente 49m x 49m, los dos pisos del templo hacen 7m de altura y hay 7 recipientes para las ofrendas al Dios…
En el interior del templo, unos túneles subterráneos, oscuros y estrechos conducen hasta una estatua de 4.53m representando el Dios Lanzon. Los sacerdotes eran hombres de gran poder en esta civilización y eran los únicos a tener acceso a la deidad, utilizaban el cactus San Pedro de efectos alucinógenos parea conversar con Lanzon y tener una mejor visión nocturna dentro de los laberinticos túneles (dilatación de pupilas).
Otra característica arquitectónica interesante: las ‘cabezas clavas’, estatuas guardianas del templo ¡y que M tiene un increíble don en imitar!
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